viernes, 16 de noviembre de 2018

POEMAS DE PORFIRIO BARBA JACOB


    Homenaje a Porfirio Barba Jacob, Santa Rosa de Osos. Escultor: Rodrigo Arenas Betancourt. 
Con motivo del amor a la poesía y al goce de leerla en voz alta ofrecemos, a continuación y bajo un hechizo, un audiolibro de la poesía de Porfirio Barba Jacob (Santa rosa de Osos, 1942 - Ciudad de México, 1883), así como un ensayo que presenta y contextualiza este ejercicio de amor por la memoria de uno de los poetas más importantes de Colombia. Pudo haber sido mejor, sí, pero es un intento de celebrar la armonía de una voz entre tanto veneno y ruido. Un intento contra el olvido...

Se trata de un proyecto "Ganador de la Convocatoria Pública a la Creación y Circulación" Modalidad: Voces para decir. Antioquia Piensa en Grande la Cultura y el Patrimonio 2018, otorgadas por el Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia y la Gobernación de Antioquia.

1. Presentación del audiolibro:


2. Audiolibro, lista de reproducción: 




Realización, ensayo y fotografía: Julián C. Ospina. Asesor: Jandey Marcel Solviyerte.  Voces: Julián Ospina, Jandey Marcel Solviyerte, Verónica Guzmán, Mauricio Hoyos, Silvia Nicté Villatoro, Luz Marina Castillo, Santiago Duque, Cristian Palacio, Bibiana M. Ramírez, Sergio Henao, Juan Fernando Rivera, Juan Pérez, Juan Felipe Ospina, Diego Martínez, Julio Cadavid, Carlos Orlas, Juan Camilo Betancur, Diego A. Martínez, Pablo Ramos. Música: Diego Suárez (clarinete), Luis Bernardo Durango (piano), Daniel Mejía (saxo), Diego Alzate, Leison Machado, Carlos A. Orlas (guitarras) y Diego Martínez, "Moncho" (vientos andinos). Masterización: Andrés Morales. Diseño y diagramación: Mauricio Hoyos. Gracias a todos. 

viernes, 12 de octubre de 2018

PORFIRIO BARBA JACOB: PUBLICACIONES EN VIDA

Fotografía tomada de El Colombiano


Presentamos un listado de las publicaciones en vida, hechas por Porfirio Barba Jacob. Las póstumas son abundantes. Dicho rastreo bibliográfico fue juiciosamente realizado por Alejandro Peña, a quien agradecemos su meticuloso trabajo.

viernes, 21 de septiembre de 2018

sábado, 15 de septiembre de 2018

PORFIRIO BARBA–JACOB, poema de Jaime Jaramillo Escobar

A José Álvarez Patiño


Porfirio Barba-Jacob dando alaridos por toda América,
Primitivos alaridos desesperados, gritos de parturienta,
Que horrorizarían a Mr. Eli
ot tan educado, un verdadero gentleman.
Porfirio desmelenado, como las furias, sin ninguna consideración por mi barrio,
Porfirio avolcanado, echando lava y humo por toda América,
Desgreñado, peludo, moviendo las aspas como un molino;
No creo que haya sido recibido en el cielo con esos modales.
Y sin embargo también era un solitario entre llamas y azufres,
Sufriendo de desmesura terrenal, arrebatado, acosado, energúmeno,
Viniendo hacia mí con grandes berridos atemorizantes,
Yendo de aquí para allá como si fuera el viento,
Que a veces amaina y se vuelve tierno entre las cosas débiles,
Y luego otra vez tumultuoso y desordenado como río salido de madre.
Exaltado, turbulento, tempestuoso,
Para qué tanto afán, esos gritos me alteran los nervios.
Pero él creía que tenía que gritar, un americano rústico,
Bramando como un poseso, balando, todo el tiempo clamando,
Arrastrando un dolor demasiado grande,
Dando puños a todo,
Arbitrario, desaforado, devastado, palidísimo,
Al trote y al galope,
Para qué tanta agitación, fatigarse con imprecaciones.
Más vale quedarse en silencio delante del té.
Demasiadas preguntas para la única respuesta disponible,
Y esa retórica ampulosa de la época, que complicaba las cosas.
Después de asustarnos desconsideradamente con la máxima alarma,
Habiendo dado a nuestra puerta, tan respetable, unos golpes tremendos,
Se quedaba de pronto tranquilo, mirando el campo,
El árbol que sombrea la llanura, el cordero que pace la grama, el son del viento en la arcada.
Y sin embargo necesitó de toda esa fuerza para revelarnos su existencia y la nuestra.
Sin su grito estentóreo, en aquellos años apacibles entre las dos guerras, es posible que no nos hubiésemos enterado de nada.
Pero, ¿Por qué nos apura en el peor momento,
Cuando llegamos al punto donde se borra el camino?

viernes, 3 de agosto de 2018

A ORILLAS DEL COMBEIMA, poema de Jandey Marcel solviyerte

Soldado en la Guerra de los Mil Días hacia 1901-1902 y maestro de Escuela, dos detalles biográficos de Porfirio Barba Jacob que retoma el poeta Jandey Marcel solviyerte en el poema A orillas del Combeima aparecido en su libro Versos de los Mil días (2017). Aquí el poema: 



A orillas del Combeima

Era la viveza para buscar gallinas y hacerlas freír por comadres improvisadas, y todos los generales del Gran Estado Mayor de aquellla columna de 1500 hombres llevaban el bigote oliendo a gallina frita. Yo tenía que cargar mi caballo con bultos de carne, de sal, de exquisitos panes. Líchigos llaman por allá a los bultos. Y yo llevaba tantos, que me apodaron el teniente líchigos. 
Porfirio Barba Jacob

Venido desde las alta montañas antioqueñas,
el futuro y humilde profesor de escuela
se halla reclutado por las fuerzas del gobierno.

Tras una larga marcha el pelotón descansa
para bañarse en el río, y Miguel Ángel Osorio
contempla la desnudez de sus compañeros
con exceso de lujuria y de ternura confundidos.

A medida que los observa la pasión lo domina
y hallará en aquellos instantes el deleitoso germen
de un placer prohibido que hará suyo en Centroamérica. 

El joven soldado, el futuro y efímero profesor de escuela, 
recuerda las tardes de Santa Rosa de Osos, y los llanos
del Tenche, y a Teresita, su novia, "la Flor de los Crepúsculos";
y a lo largo de una guerra tan cruenta se pasará las horas
sin ver jamás al enemigo, protegido por un halo de misterio. 
A orillas del Combeima, mientras amoroso contempla
los cuerpos jóvenes desnudos que con el agua juegan, 
el futuro gran poeta, el maestrito de escuela, desconoce
que en su nombre un más grande nombre dentro lleva. 

En los yermos tolimenses, a orillas del río Combeima,
muy liberal de pensamiento contemplando la bellleza, 
el joven santarrosano reclutado por las fuerzas del gobierno
labra así su gran destino, oculto en un halo de misterio. 

jueves, 19 de julio de 2018

A UN MONTE SONORO, poema de Carlos Castro Saavedra

BARBA JACOB, me quedo con tu boca
de equino triste, de animal sediento,
y con tu corazón que era un lamento
de la muerte, del mar sobre una roca.

Luciferinamente se desboca 
tu ceniza esparcida por el viento,
y entre los surcos de la noche siento
crecer tu sed, tu dentadura loca.

No se acaba la fuerza de tu vida:
la inagotable sangre de tu herida
alimenta la rama de mi canto,

porque tú sabes, fabuloso amigo,
que al panadero lo antecede el trigo
y primero fue el párpado que el llanto. 

miércoles, 4 de julio de 2018

INTTERPRETACIONES MUSICALES

Interpretaciones musicales del poeta son varias las que se han hecho. No obstante, en internet no están todas a disposición. Algunas de las que se pueden apreciar en la red son las siguientes: 

viernes, 29 de junio de 2018

UNA LLAMA AL VIENTO, Antología

Con la licencia de Larry Guillermo Mejía, a quien agradecemos su generosidad, ponemos a disposición la antología de poemas de Porfirio Barba Jacob Una llama al viento, que Larry Mejía presenta y compila. Esta bella antología fue publicada en el hermano pueblo de Venezuela en el año 2011. Como primitivos que recién descubren el fuego hacemos hoy todavía un corro y no dejamos que a esa "llamita" el viento nos la apague, ni siquiera el de nuestras carcajadas desfachatadas..

jueves, 21 de junio de 2018

BARBA JACOB, PORFIRIO (Biografía)


Por Fernando Vallejo

Retrato de Porfirio BArba Jacob, hecho por Francisco Antonio Cano, colección Banrep.
Último y más famoso de los seudónimos del poeta y periodista antioqueño Miguel Ángel Osorio Benítez (Santa Rosa de Osos, 1883 - Ciudad de México, 1942). Con este seudónimo y con el de Ricardo Arenales firmó todos sus poemas. El de Ricardo Arenales lo adoptó en Barranquilla en 1906, al inicio de un largo peregrinaje que le llevó por múltiples ciudades de países de las tres Américas, y lo usó hasta 1922 cuando, en Guatemala, se lo cambió por el de Porfirio Barba Jacob, que conservó hasta su muerte.